Uno no intentará conseguir el objeto, sino que el objeto definirá, como límite, el propio movimiento del sujeto a partir de su deseo. Ahora bien, la introducción del orden de lo simbólico separa al sujeto de su objeto a, se vuelve este un resto del acto de simbolización, cual algo «imposible de simbolizar». Aquí es donde Lacan toma a Marx, en su seminario de 1969-70. Compara al resto (al objeto a) con un excedente, de la misma forma en la que Marx toma al plusvalor [Mehrwert] como un excedente de valor creado en el proceso de producción capitalista. El objeto a es un excedente del acto de simbolización, siempre lo excede y surge del mismo (al igual que en el proceso productivo la fuerza de trabajo se utiliza como mercancía capaz de producir más valor). Sin embargo, el objeto a también es un excedente de jouissance, conlleva un «plus-de-goce» [plus-de-jouir], ya que la falta designa la ausencia misma de jouissance y su transgresión, en la cual el sujeto es capaz de «recuperar» parte del goce que «pierde».
Leer más Wollt ihr den totalen Trieb? La jouissance lacaniana entre el objet petit a y la «pulsión de muerte»